El Remdesivir, inicialmente desarrollado para combatir el Ébola, ha generado expectativas y controversias en su uso contra el COVID-19. Mientras algunos estudios sugieren que podría reducir el tiempo de recuperación en pacientes hospitalizados, otros, incluido uno de la OMS, cuestionan su eficacia en la mortalidad y duración de la hospitalización. A esto se suman los riesgos de efectos secundarios graves, lo que hace que su administración sea objeto de escrutinio médico y debate continuo.
Remdesivir: ¿Qué es y cómo actúa contra el covid-19?
El covid-19 es una enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, que se transmite por vía respiratoria y puede provocar síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar y pérdida del olfato o del gusto. En algunos casos, la infección puede complicarse y causar neumonía, insuficiencia respiratoria, inflamación generalizada y muerte.
Para combatir esta enfermedad, los científicos han estado buscando y probando diferentes medicamentos que puedan frenar la replicación del virus o aliviar los síntomas de los pacientes. Uno de estos medicamentos es el remdesivir, un antiviral que se desarrolló originalmente para tratar la enfermedad del Ébola, pero que también ha demostrado cierta actividad contra el SARS-CoV-2 en estudios de laboratorio y en algunos ensayos clínicos.
¿Cómo funciona el remdesivir?
El remdesivir es un medicamento que pertenece a la clase de los análogos de nucleótidos, es decir, que imita a una de las piezas que forman el material genético del virus. Al introducirse en la célula infectada, el remdesivir se incorpora al ARN (ácido ribonucleico) del virus, que es la molécula que contiene sus instrucciones para replicarse. Al hacerlo, el remdesivir impide que el virus complete su copia y se multiplique.
Sin embargo, el remdesivir no es capaz de eliminar el virus por sí solo, sino que necesita la ayuda del sistema inmunitario del paciente para combatir la infección. Por eso, el remdesivir solo se administra a personas que están hospitalizadas y tienen síntomas moderados o graves de covid-19, como dificultad para respirar o necesidad de oxígeno.
¿Qué evidencia hay sobre su efectividad?
La efectividad del remdesivir para tratar el covid-19 ha sido evaluada en varios ensayos clínicos con diferentes diseños y resultados. Algunos de estos estudios son los siguientes:
- Un estudio patrocinado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID) que involucró a 1.048 voluntarios hospitalizados con covid-19. Entre ellos, 541 recibieron remdesivir y 521 recibieron un placebo (una sustancia sin efecto). El estudio encontró que el remdesivir redujo el tiempo de recuperación de los pacientes en unos cuatro días (de 15 a 11 días en promedio), pero no tuvo un efecto significativo sobre la mortalidad.
- Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que incluyó a 11.266 pacientes hospitalizados con covid-19 en 30 países. De ellos, 2.743 recibieron remdesivir y 2.708 recibieron un placebo. El estudio concluyó que el remdesivir no tuvo ningún beneficio sobre la mortalidad, la necesidad de ventilación mecánica o la duración de la hospitalización.
- Un estudio financiado por Gilead Sciences, la empresa que fabrica el remdesivir, comparó dos dosis diferentes del medicamento (5 o 10 días) en 596 pacientes hospitalizados con covid-19 moderado. El estudio mostró que los pacientes que recibieron remdesivir durante 5 días tuvieron una mejoría clínica mayor que los que recibieron un tratamiento estándar, pero no hubo diferencias entre los que recibieron remdesivir durante 10 días o un tratamiento estándar.
Estos estudios tienen algunas limitaciones, como el hecho de que no todos fueron aleatorizados (es decir, que los pacientes fueron asignados al azar a recibir remdesivir o placebo), ni cegados (es decir, que ni los pacientes ni los médicos sabían qué tratamiento estaban recibiendo). Además, los criterios para medir la mejoría o el empeoramiento de los pacientes no fueron los mismos en todos los estudios.
Por estas razones, la evidencia sobre la efectividad del remdesivir para tratar el covid-19 es controvertida y no concluyente. Algunas autoridades sanitarias, como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) o la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), han aprobado el uso del remdesivir bajo ciertas condiciones y con una vigilancia estrecha de sus efectos. Otras, como la OMS, han desaconsejado su uso por considerar que los beneficios no superan los riesgos.
¿Qué riesgos tiene el remdesivir?
El remdesivir es un medicamento que puede causar efectos secundarios, algunos de ellos graves. Los más comunes son:
- Reacciones alérgicas durante o después de la infusión del medicamento, que pueden manifestarse con síntomas como escalofríos, náuseas, vómitos, sudoración, mareos, sarpullido, dificultad para respirar, ritmo cardíaco anormal o hinchazón de la cara o la garganta.
- Daño renal, que puede provocar una disminución de la producción de orina, hinchazón de las piernas o los pies, confusión o somnolencia.
- Daño hepático, que puede causar ictericia (coloración amarillenta de la piel o los ojos), dolor abdominal, náuseas, vómitos o pérdida del apetito.
- Aumento de los niveles de ciertas enzimas en la sangre, que pueden indicar inflamación o daño en el corazón, el hígado o el páncreas.
- Disminución de los niveles de ciertas células sanguíneas, como los glóbulos rojos (que transportan el oxígeno), los glóbulos blancos (que defienden al organismo de las infecciones) o las plaquetas (que ayudan a la coagulación).
Estos efectos secundarios pueden ser más frecuentes o severos en personas que tienen otras enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión o enfermedad renal. Por eso, el remdesivir solo se administra bajo supervisión médica y con un seguimiento estrecho de los signos vitales y los análisis de sangre de los pacientes.
Otras armas en el arsenal médico
El Remdesivir no está solo en esta lucha. Otros medicamentos que muestran resultados positivos incluyen:
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Corticoides: como la dexametasona, que puede reducir la mortalidad en casos graves.
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Tocilizumab: un anticuerpo monoclonal que bloquea moléculas inflamatorias, mejorando la supervivencia en ciertos casos.
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Plasma convaleciente: aunque su eficacia aún está en evaluación, representa otra opción en el tratamiento de la enfermedad.
Bajando el telón de este análisis médico-polémico, el Remdesivir se erige como un actor de peso en la escena global de la pandemia de COVID-19, aunque su papel aún está bajo el microscopio de la ciencia y la ética. Oscilando entre la esperanza de reducción en los tiempos de recuperación y la sombra de efectos secundarios no deseados, este medicamento se convierte en un símbolo de la urgencia y la incertidumbre que caracterizan nuestra época. Tal como en una obra de teatro, el veredicto final dependerá no solo del protagonista sino de un conjunto de factores que aún están por desvelarse.