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Ivermectina – Para Qué Sirve

¿Sabes qué es la ivermectina y para qué sirve? Se trata de un medicamento que se usa para combatir diferentes tipos de parásitos que pueden infectar a humanos y animales. Sin embargo, también tiene otros usos y limitaciones que debes conocer. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre la ivermectina, sus beneficios, sus riesgos y sus precauciones.

Ivermectina Para Qué Sirve

Contenido de la Página

¿Qué es la ivermectina?

La ivermectina es un fármaco que pertenece a la clase de los antihelmínticos, es decir, que actúa contra los helmintos o gusanos parásitos. Fue descubierta en la década de 1970 como un derivado de la avermectina, una sustancia producida por una bacteria llamada Streptomyces avermitilis.

Sus descubridores, William C. Campbell y Satoshi Uramura, recibieron el Premio Nobel de Medicina en 2015 por su hallazgo Fue descubierta en la década de 1970 como un derivado de la avermectina, una sustancia producida por una bacteria llamada Streptomyces avermitilis.

La ivermectina se comercializa desde 1981 y está incluida en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud. Se usa ampliamente en medicina veterinaria para controlar parásitos internos y externos en diferentes especies de animales, como bovinos, equinos, porcinos y caninos. En medicina humana, se usa para tratar varias enfermedades parasitarias, especialmente aquellas causadas por nematodos o lombrices redondas.

¿Para qué sirve la ivermectina?

La ivermectina tiene acción contra varios tipos de parásitos, tanto internos como externos. Algunas de las infecciones que puede tratar son las siguientes:

  • Estrongiloidiasis: una infección intestinal causada por el nematodo Strongyloides stercoralis, que puede entrar al cuerpo a través de la piel y migrar a los pulmones y al intestino.
  • Oncocercosis: una infección cutánea y ocular causada por el nematodo Onchocerca volvulus, que se transmite por la picadura de moscas negras infectadas. También se conoce como ceguera de los ríos, ya que puede provocar problemas de visión e incluso ceguera.
  • Ascariasis: una infección intestinal causada por el nematodo Ascaris lumbricoides, que se adquiere al ingerir huevos del parásito presentes en alimentos o agua contaminados.
  • Demodicosis: una infección cutánea causada por el ácaro Demodex folliculorum, que vive en los folículos pilosos y puede provocar inflamación, enrojecimiento y picazón.
  • Gnatostomiasis: una infección causada por el nematodo Gnathostoma spinigerum, que se adquiere al consumir pescado crudo o mal cocido infectado. Puede provocar lesiones cutáneas, alergias y afectación de órganos internos.
  • Larva migrans cutánea: una infección cutánea causada por larvas de nematodos del género Ancylostoma, que penetran en la piel al entrar en contacto con suelo contaminado con heces de animales infectados. Provoca lesiones serpiginosas, pruriginosas y dolorosas.
  • Pediculosis capitis: una infestación por piojos de la cabeza (Pediculus humanus capitis), que se alimentan de sangre y se transmiten por contacto directo o por objetos personales. Provoca picazón e irritación del cuero cabelludo.
  • Piojos púbicos: una infestación por piojos del pubis (Pthirus pubis), que se alimentan de sangre y se transmiten por contacto sexual o por objetos personales. Provoca picazón e irritación de la zona genital.
  • Mansonelosis: una infección causada por el nematodo Mansonella ozzardi, que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Puede provocar síntomas inespecíficos, como fiebre, dolor de cabeza, malestar general y erupciones cutáneas.
  • Estreptocercosis: una infección causada por el nematodo Mansonella streptocerca, que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Puede provocar lesiones cutáneas nodulares y pruriginosas.
  • Sarna: una infestación por el ácaro Sarcoptes scabiei, que se introduce en la piel y provoca una reacción alérgica. Se transmite por contacto directo o por objetos personales. Provoca picazón intensa, especialmente por la noche, y lesiones costrosas y excoriadas.
  • Tricuriasis: una infección intestinal causada por el nematodo Trichuris trichiura, que se adquiere al ingerir huevos del parásito presentes en alimentos o agua contaminados. Puede provocar diarrea, dolor abdominal, anemia y prolapso rectal.
  • Filariasis: una infección causada por nematodos del género Wuchereria, que se transmiten por la picadura de mosquitos infectados. Pueden afectar al sistema linfático y provocar inflamación crónica de los tejidos, conocida como elefantiasis.

Además de su acción antiparasitaria, la ivermectina también tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que se usa en forma de crema al 1% para tratar las lesiones inflamatorias de la rosácea, una enfermedad cutánea crónica que provoca enrojecimiento, granos y vasos sanguíneos dilatados en la cara.

La ivermectina también ha sido objeto de estudio para evaluar su posible efecto contra el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, hasta la fecha no hay evidencia científica suficiente que respalde su uso para tratar o prevenir esta enfermedad. De hecho, varias agencias de salud y sociedades internacionales desaconsejan el uso de ivermectina para el COVID-19, ya que puede causar daños graves en las personas si se toma sin supervisión médica.

La ivermectina es un fármaco antiparasitario con múltiples usos, pero no sirve para tratar o prevenir el COVID-19.

¿Cómo se toma la ivermectina?

La ivermectina se presenta en forma de tabletas que se deben tomar por vía oral con un vaso de agua. La dosis y la duración del tratamiento dependen del tipo y la gravedad de la infección parasitaria, así como del peso y la edad del paciente. Por lo general, se recomienda tomar una dosis única o repetirla a los 7 o 14 días según el criterio médico.

Grupo de edad y peso Dosis de ivermectina
Adultos y niños mayores de 15 años o que pesen más de 40 kg 150 a 200 mcg por kg de peso corporal
Niños menores de 15 años o que pesen menos de 40 kg 200 mcg por kg de peso corporal

Es importante seguir las indicaciones del médico y leer el prospecto del medicamento antes de tomarlo. No se debe tomar más cantidad ni durante más tiempo del recomendado. Tampoco se debe interrumpir el tratamiento sin consultar al médico.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la ivermectina?

La ivermectina es un medicamento seguro y bien tolerado cuando se usa correctamente y bajo supervisión médica. Sin embargo, como todo fármaco, puede causar algunos efectos secundarios en algunas personas. Los más frecuentes son los siguientes:

  • Mareos, somnolencia, fatiga, dolor de cabeza.
  • Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, pérdida de apetito.
  • Prurito, erupción, urticaria, edema.
  • Fiebre, escalofríos, sudoración, dolor muscular y articular.
  • Hipotensión, taquicardia, palpitaciones.
  • Leucopenia, eosinofilia, anemia.

Estos efectos suelen ser leves y transitorios, y desaparecen al terminar el tratamiento. No obstante, si son muy intensos o persistentes, se debe consultar al médico.

En casos muy raros, la ivermectina puede causar efectos secundarios graves, como reacciones alérgicas severas (anafilaxia), convulsiones, encefalopatía, coma y muerte. Estos efectos se han asociado con el uso de dosis muy altas o con la presencia de otras enfermedades o fármacos que pueden aumentar la concentración de ivermectina en el cerebro. Por eso, es muy importante seguir las indicaciones del médico y no automedicarse con ivermectina.

¿Qué precauciones se deben tener al tomar ivermectina?

Antes de tomar ivermectina, se debe informar al médico si se tiene alguna alergia a este fármaco o a otros antihelmínticos. También se debe informar si se tiene alguna enfermedad hepática, renal o neurológica; si se está embarazada o se planea estarlo; si se está dando el pecho; o si se está tomando algún otro medicamento o suplemento.

La ivermectina puede interactuar con otros fármacos que afectan al sistema nervioso central, como los antidepresivos, los anticonvulsivos, los antipsicóticos y los opioides. También puede interactuar con los anticoagulantes, los antihipertensivos y los inmunosupresores. Estas interacciones pueden aumentar el riesgo de efectos secundarios graves. Por eso, se debe consultar al médico antes de tomar ivermectina junto con otros fármacos.

La ivermectina puede causar somnolencia y mareos. Por lo tanto, se debe evitar conducir o manejar maquinaria peligrosa mientras se toma este medicamento. También se debe evitar el consumo de alcohol y otras sustancias que puedan potenciar estos efectos.

La ivermectina puede provocar una reacción inflamatoria intensa en las personas que tienen una carga parasitaria muy alta o una infección por Loa loa (un nematodo que afecta al ojo). Esta reacción puede causar síntomas graves como hipotensión, shock y edema cerebral. Para prevenir esta complicación, se debe realizar un análisis de sangre para descartar la presencia de Loa loa antes de tomar ivermectina.

¿Dónde se puede conseguir la ivermectina?

La ivermectina es un medicamento que requiere receta médica para su compra y uso. No se debe adquirir ni consumir sin la prescripción y el seguimiento de un profesional sanitario. Tampoco se debe usar la ivermectina veterinaria para el tratamiento humano, ya que puede tener una composición y una dosificación diferentes.

La ivermectina se puede conseguir en las farmacias autorizadas bajo diferentes nombres comerciales. Algunos ejemplos son Ivermin®, Ivermax®, Ivergot®, Iverplus® y Securo®. El precio puede variar según el laboratorio fabricante y la presentación del producto.

Así pues, la ivermectina es un aliado en la lucha contra los parásitos que pueden afectar nuestra salud y la de nuestros animales. Sin embargo, no es una panacea ni una solución mágica para el COVID-19 ni otras enfermedades. Su uso requiere de una prescripción médica y un seguimiento profesional, así como de una responsabilidad individual para evitar el abuso y las consecuencias negativas. La ivermectina es un fármaco valioso, pero también un recurso limitado que debemos usar con criterio y respeto.

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