La bromhexina, medicamento introducido en 1963 y derivado del compuesto natural vasicina, ha sido ampliamente usada para tratar enfermedades respiratorias con presencia de tos y flemas. Actúa modificando y fluidificando el moco en los pulmones, facilitando así su expulsión y estimulando los cilios respiratorios, mejorando la función respiratoria y previniendo complicaciones como infecciones y bronquitis crónica. Este fármaco, disponible en varias presentaciones y utilizado para diversas afecciones respiratorias, también posee precauciones y potenciales efectos secundarios que deben ser considerados por los usuarios.
¿Qué es la bromhexina y cómo actúa?
La bromhexina es una sustancia química que se obtiene a partir de la vasicina, un compuesto natural que se encuentra en algunas plantas como el adhatoda. La bromhexina se introdujo en el mercado farmacéutico en 1963 y desde entonces se ha usado ampliamente para tratar las enfermedades respiratorias que cursan con tos y flemas.
La bromhexina actúa sobre las células que producen el moco en los pulmones y las vías respiratorias, modificando su composición y haciéndolo más fluido y menos viscoso. De esta forma, facilita su expulsión al toser o al sonarse la nariz. Además, la bromhexina estimula los cilios, que son unas estructuras diminutas que recubren las paredes internas de las vías respiratorias y que tienen un movimiento constante para arrastrar el moco hacia fuera.
Al disolver y eliminar las flemas, la bromhexina mejora la función respiratoria, alivia la tos y previene las complicaciones derivadas de la acumulación de moco, como las infecciones bacterianas o la bronquitis crónica.
¿Para qué sirve la bromhexina?
La bromhexina se usa principalmente para tratar las enfermedades respiratorias que se caracterizan por la presencia de tos con flemas. Algunas de estas enfermedades son:
- Bronquitis: es la inflamación de los bronquios, que son los conductos que llevan el aire desde la tráquea hasta los pulmones. La bronquitis puede ser aguda o crónica, y suele causar tos con flemas, dificultad para respirar, fiebre y dolor en el pecho.
- Neumonía: es la infección de los alvéolos, que son los sacos de aire donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones. La neumonía puede ser causada por virus, bacterias u hongos, y provoca tos con flemas, fiebre alta, escalofríos, dolor en el pecho y dificultad para respirar.
- Asma: es una enfermedad crónica que produce episodios de inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, lo que dificulta el paso del aire. El asma se manifiesta con tos con flemas, silbidos al respirar, opresión en el pecho y falta de aire.
- Catarros y gripes: son infecciones virales que afectan a la nariz, la garganta y los pulmones. Los catarros y las gripes producen congestión nasal, secreción nasal, estornudos, tos con flemas, dolor de garganta, fiebre y malestar general.
La bromhexina se puede usar sola o combinada con otros medicamentos, como antibióticos o antitusivos, según el tipo y la gravedad de la enfermedad. La bromhexina no cura la causa de la enfermedad, sino que alivia los síntomas y facilita la recuperación.
¿Cómo se usa la bromhexina?
La bromhexina se presenta en diferentes formas farmacéuticas, como tabletas, jarabe o solución oral. La dosis y la frecuencia de uso dependen de la edad, el peso y la condición del paciente. Por lo general, se recomienda tomar la bromhexina entre 30 minutos y una hora antes de las comidas, con un vaso de agua o algún otro líquido.
Las dosis habituales de bromhexina son las siguientes:
- Adultos y niños mayores de 12 años: 8 a 16 mg, tres veces al día.
- Niños de 6 a 12 años: 4 a 8 mg, tres veces al día.
- Niños de 2 a 6 años: 2 a 4 mg, tres veces al día.
- Niños menores de 2 años: 0,5 a 1 mg por kilo de peso, repartidos en tres tomas al día.
Estas dosis son orientativas y pueden variar según el criterio médico. Es importante seguir las indicaciones del médico o del farmacéutico y leer el prospecto del medicamento antes de tomarlo. No se debe exceder la dosis máxima recomendada ni prolongar el tratamiento más de lo necesario.
¿Qué efectos secundarios puede tener la bromhexina?
La bromhexina es un medicamento seguro y bien tolerado por la mayoría de las personas. Sin embargo, como todo fármaco, puede tener algunos efectos secundarios, aunque no siempre se presenten. Los efectos secundarios más frecuentes de la bromhexina son:
- Trastornos gastrointestinales: como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal o pérdida del apetito.
- Trastornos cutáneos: como erupciones, picazón, enrojecimiento o urticaria.
- Trastornos del sistema nervioso: como dolor de cabeza, mareos o somnolencia.
Estos efectos secundarios suelen ser leves y transitorios, y desaparecen al suspender el tratamiento o reducir la dosis. No obstante, si son muy intensos o persistentes, se debe consultar con el médico.
En casos muy raros, la bromhexina puede causar reacciones alérgicas graves, como dificultad para respirar, hinchazón de la cara, la lengua o la garganta, o shock anafiláctico. Estas reacciones requieren atención médica urgente y pueden poner en riesgo la vida del paciente.
¿Qué precauciones debes tener al tomar bromhexina?
Antes de tomar bromhexina, debes informar al médico o al farmacéutico si tienes alguna alergia a este medicamento o a otros similares, como el ambroxol o el sobrerol. También debes comunicar si padeces alguna enfermedad hepática, renal o respiratoria, o si estás embarazada o en período de lactancia.
La bromhexina puede interactuar con otros medicamentos, como los antitusivos que contienen codeína o dextrometorfano. Estos medicamentos inhiben el reflejo de la tos y pueden impedir la expulsión de las flemas disueltas por la bromhexina. Por eso, se debe evitar tomarlos al mismo tiempo que la bromhexina.
La bromhexina puede afectar a la capacidad para conducir o manejar maquinaria, ya que puede causar somnolencia o mareos. Por lo tanto, se debe tener precaución al realizar estas actividades mientras se toma este medicamento.
La bromhexina es un medicamento que no requiere receta médica para su compra, pero eso no significa que se pueda usar sin control. Se debe respetar la dosis y la duración del tratamiento indicadas por el médico o el farmacéutico. Si los síntomas no mejoran o empeoran después de unos días, se debe consultar con el médico
Así pues, la bromhexina es un aliado eficaz para combatir la tos con flemas, un síntoma que puede afectar nuestra calidad de vida y nuestra salud. Al tomar este medicamento, podemos disolver y eliminar las secreciones que obstruyen nuestras vías respiratorias y mejorar nuestra función pulmonar. La bromhexina es segura y fácil de usar, siempre que sigamos las indicaciones de nuestro médico o farmacéutico. Si tienes tos con flemas, no dudes en consultar con un profesional y probar los beneficios de la bromhexina. Recuerda que respirar bien es vivir mejor.