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Amikacina – Para Qué Sirve

La amikacina es un antibiótico que se usa para tratar infecciones graves causadas por bacterias. Sin embargo, este medicamento puede tener efectos secundarios importantes, como dañar el oído, los riñones o los músculos. Además, puede interactuar con otros medicamentos y provocar reacciones alérgicas. En este artículo, te explicamos todo lo que debes saber sobre la amikacina: qué es, cómo actúa, para qué sirve, qué precauciones hay que tener y qué otros medicamentos pueden interactuar con ella.

Amikacina Para Qué Sirve

Contenido de la Página

¿Qué es Amikacina y para qué sirve?

La amikacina es un medicamento que pertenece al grupo de los aminoglucósidos, que son unos antibióticos que actúan eliminando las bacterias que causan infecciones. Los antibióticos se usan para tratar infecciones bacterianas, y no sirven para tratar infecciones víricas como la gripe o el catarro.

La amikacina se usa principalmente para tratar infecciones graves y mediante tratamientos a corto plazo, ya que puede tener efectos secundarios importantes. Algunas de las infecciones que se pueden tratar con amikacina son:

  • Sepsis: una infección generalizada que puede poner en riesgo la vida.
  • Infecciones del tracto respiratorio: como la neumonía o la bronquitis.
  • Infecciones del sistema nervioso central: como la meningitis o la encefalitis.
  • Infecciones intraabdominales: como la peritonitis o la apendicitis.
  • Infecciones de la piel, huesos, tejidos blandos y articulaciones: como las úlceras, las heridas infectadas, la osteomielitis o la artritis séptica.
  • Infecciones en quemados: que pueden complicarse con bacterias resistentes.
  • Infecciones postquirúrgicas: que pueden ocurrir después de una cirugía, especialmente si hay implantes o prótesis.
  • Infecciones complicadas y recidivantes del tracto urinario: como la cistitis o la pielonefritis.

La amikacina se puede administrar por vía intramuscular o intravenosa, dependiendo de la gravedad de la infección y de la condición del paciente. La dosis y la frecuencia de administración se calculan en función del peso, la edad, la función renal y el tipo de bacteria que causa la infección. Es importante seguir las indicaciones del médico y no interrumpir el tratamiento sin consultar.

¿Cómo actúa la amikacina?

La amikacina actúa inhibiendo la síntesis de proteínas de las bacterias, lo que impide que se reproduzcan y que se mantengan vivas. La amikacina es efectiva contra un amplio espectro de bacterias, especialmente las gramnegativas, que son las que tienen una pared celular más compleja y resistente. Algunas de las bacterias que son sensibles a la amikacina son:

  • Pseudomonas: una bacteria que puede causar infecciones graves en personas con el sistema inmunitario debilitado o con enfermedades crónicas como la fibrosis quística.
  • Escherichia coli: una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino, pero que puede causar infecciones urinarias, intestinales o septicémicas si se desplaza a otros órganos.
  • Proteus: una bacteria que puede causar infecciones urinarias, intestinales o de la piel, y que se caracteriza por producir un olor a pescado.
  • Providencia: una bacteria que puede causar infecciones urinarias, intestinales o respiratorias, y que se asocia con la formación de cálculos renales.
  • Klebsiella: una bacteria que puede causar infecciones respiratorias, urinarias o de la sangre, y que se relaciona con la neumonía adquirida en el hospital.
  • Enterobacter: una bacteria que puede causar infecciones urinarias, intestinales, respiratorias o de la sangre, y que se asocia con la resistencia a los antibióticos.
  • Serratia: una bacteria que puede causar infecciones urinarias, intestinales, respiratorias o de la sangre, y que se caracteriza por producir un pigmento rojo.
  • Acinetobacter: una bacteria que puede causar infecciones de la piel, de las heridas, del sistema nervioso o de la sangre, y que se asocia con la resistencia a los antibióticos.

La amikacina también puede ser efectiva contra algunas bacterias grampositivas, como el estafilococo o el estreptococo, pero en general se prefieren otros antibióticos para tratar estas infecciones.

¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de la amikacina?

Los efectos secundarios más comunes de la amikacina son:

  • Náuseas, vómitos y diarrea.
  • Dolor de cabeza y fiebre.
  • Pérdida de audición, zumbidos, vértigos o problemas de equilibrio.
  • Problemas renales, como disminución de la orina, hinchazón, cansancio o aumento de la creatinina o la urea en la sangre.
  • Debilidad, parálisis o dificultad para respirar.
  • Ardor, hormigueo o entumecimiento en las manos, brazos, pies o piernas.
  • Espasmos o convulsiones musculares.
  • Reacciones alérgicas, como erupción, picor, hinchazón o dificultad para respirar.

Estos efectos secundarios pueden ser graves y requieren atención médica inmediata. Es importante seguir las indicaciones del médico y no interrumpir el tratamiento sin consultar. También se debe evitar el uso de otros medicamentos que puedan interactuar con la amikacina o aumentar el riesgo de efectos secundario.

¿Qué precauciones hay que tener con la amikacina?

La amikacina es un antibiótico potente, pero también puede tener efectos secundarios graves, por lo que hay que usarlo con precaución y bajo supervisión médica. Algunas de las precauciones que hay que tener con la amikacina son:

  • Alergia: algunas personas pueden ser alérgicas a la amikacina o a otros aminoglucósidos, lo que puede provocar reacciones como erupción, picor, hinchazón, dificultad para respirar o shock anafiláctico. Si se presenta alguno de estos síntomas, hay que suspender el tratamiento y acudir al médico de inmediato.
  • Ototoxicidad: la amikacina puede dañar el oído interno, lo que puede causar pérdida de audición, zumbidos, vértigos o problemas de equilibrio. Este efecto puede ser irreversible y puede aparecer durante o después del tratamiento. Se debe evitar el uso de la amikacina en personas con problemas auditivos o con antecedentes de ototoxicidad por otros medicamentos.
  • Nefrotoxicidad: la amikacina puede dañar los riñones, lo que puede causar disminución de la producción de orina, aumento de los niveles de creatinina o urea en la sangre, o insuficiencia renal. Este efecto puede ser reversible si se detecta a tiempo y se suspende el tratamiento. Se debe evitar el uso de la amikacina en personas con problemas renales o con antecedentes de nefrotoxicidad por otros medicamentos.
  • Bloqueo neuromuscular: la amikacina puede interferir con la transmisión de los impulsos nerviosos a los músculos, lo que puede causar debilidad, parálisis o dificultad para respirar. Este efecto puede ser potenciado por otros medicamentos que también producen bloqueo neuromuscular, como los anestésicos, los relajantes musculares o los diuréticos. Se debe evitar el uso de la amikacina en personas con enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis o el parkinson.
  • Resistencia: las bacterias pueden desarrollar resistencia a la amikacina, lo que hace que el antibiótico sea menos efectivo o ineficaz. Para evitar la aparición de resistencia, se debe usar la amikacina solo cuando sea necesario, siguiendo las indicaciones del médico, y no prolongar el tratamiento más de lo recomendado. Se debe evitar el uso de la amikacina en infecciones leves o víricas, o como prevención de infecciones.

Después de leer este artículo, ya sabes más sobre la amikacina, un antibiótico que puede salvar vidas, pero que también puede tener riesgos. La amikacina se usa para tratar infecciones graves causadas por bacterias resistentes, pero puede dañar el oído, los riñones o los músculos. Por eso, se debe usar con precaución y bajo supervisión médica. Además, se debe evitar el uso de otros medicamentos que puedan interactuar con la amikacina o aumentar el riesgo de efectos secundarios. Recuerda que los antibióticos solo se deben usar cuando sean necesarios, siguiendo las indicaciones del médico, y no prolongar el tratamiento más de lo recomendado.

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