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Paracetamol – Para Qué Sirve

El paracetamol, un medicamento de amplio espectro en nuestro botiquín, es especialmente eficaz para tratar dolores leves a moderados y fiebre. Sin embargo, muestra limitaciones en casos de inflamaciones severas o dolores intensos. Aunque generalmente bien tolerado, puede generar efectos secundarios y su sobredosis conlleva riesgos hepáticos graves. La dosis adecuada y las precauciones médicas son esenciales para un uso seguro de este fármaco.

Paracetamol Para Qué Sirve

Contenido de la Página

¿Para qué sirve el paracetamol?

El paracetamol es un medicamento muy útil para tratar diversas enfermedades que causan dolor o fiebre, como:

  • Resfriado común
  • Gripe
  • Dolor de cabeza
  • Dolor de muelas
  • Dolor menstrual
  • Dolor muscular
  • Dolor articular

El paracetamol no tiene una actividad antiinflamatoria significativa, por lo que no es muy eficaz para tratar el dolor causado por una inflamación, como la artritis o la gota. En estos casos, se pueden usar otros fármacos con propiedades antiinflamatorias, como el ibuprofeno o el diclofenaco.

El paracetamol tampoco es adecuado para tratar el dolor muy intenso, como el dolor oncológico o el dolor postoperatorio. En estas situaciones, se pueden emplear analgésicos más potentes, como los opiáceos.

¿Cómo actúa el paracetamol?

El mecanismo de acción del paracetamol no se conoce con exactitud, pero se cree que actúa inhibiendo la síntesis de unas sustancias llamadas prostaglandinas, que intervienen en la inflamación, el dolor y la fiebre. El paracetamol tiene un efecto analgésico, es decir, que alivia el dolor, y un efecto antipirético, es decir, que baja la temperatura corporal cuando hay fiebre.

El paracetamol se absorbe rápidamente por vía oral y se distribuye por todo el organismo. Su efecto empieza a notarse entre 15 y 30 minutos después de tomarlo y dura entre 2 y 4 horas. El paracetamol se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina.

¿Cómo se debe tomar el paracetamol?

La dosis de paracetamol depende de la edad y el peso del paciente, así como de la intensidad del dolor o la fiebre. En general, se recomienda tomar entre 500 y 1000 mg cada 4 a 6 horas, sin superar los 4000 mg al día. En niños, la dosis suele ser de 10 a 15 mg por kilo de peso cada 4 a 6 horas, sin pasar de los 75 mg por kilo al día.

Es importante respetar las dosis indicadas y no tomar más cantidad ni más frecuentemente de lo recomendado. Una sobredosis de paracetamol puede causar daño hepático grave e incluso mortal. Los síntomas de una sobredosis pueden incluir náuseas, vómitos, dolor abdominal, sudoración, confusión y coma.

Si se sospecha una sobredosis de paracetamol, se debe acudir inmediatamente a un centro médico o llamar al servicio de emergencias. Existe un antídoto específico para el paracetamol llamado N-acetilcisteína, que puede evitar o reducir las complicaciones hepáticas si se administra a tiempo.

¿Qué precauciones se deben tener al tomar paracetamol?

El paracetamol es un medicamento seguro si se usa correctamente, pero hay algunas situaciones en las que se debe tener precaución o consultar con un médico antes de tomarlo:

  • Alergia al paracetamol o a otros componentes del medicamento.
  • Enfermedad hepática o renal.
  • Consumo de alcohol u otros medicamentos que puedan afectar al hígado.
  • Embarazo o lactancia materna.
  • Niños menores de 2 años.

Además, se debe evitar tomar otros medicamentos que contengan paracetamol, ya que se podría superar la dosis máxima diaria. Algunos ejemplos de medicamentos que pueden contener paracetamol son los antigripales, los antitusígenos o los analgésicos combinados.

¿Qué efectos secundarios puede tener el paracetamol?

El paracetamol es un medicamento bien tolerado y con pocos efectos secundarios. Los más frecuentes son:

  • Náuseas
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Dolor de estómago
  • Erupción cutánea
  • Picor

Estos efectos suelen ser leves y transitorios, y desaparecen al dejar de tomar el medicamento. Sin embargo, si son muy molestos o persistentes, se debe consultar con un médico.

En raras ocasiones, el paracetamol puede causar reacciones alérgicas graves, como dificultad para respirar, hinchazón de la cara o la garganta, o shock anafiláctico. Estas reacciones requieren atención médica urgente y pueden poner en riesgo la vida del paciente.

Si hay una verdad universal en medicina, es que no hay soluciones únicas. El paracetamol, a pesar de ser un titán en el alivio del dolor y la fiebre, no es infalible ni exento de riesgos. Su poder reside en su versatilidad y accesibilidad, pero también nos recuerda que incluso los aliados más confiables tienen sus límites y peligros. La prudencia en la dosificación y el conocimiento de sus aplicaciones y restricciones son más que un consejo médico; son un mandato para el bienestar individual y colectivo. No olvidemos que en la medicina, como en la vida, el saber es la mejor receta.

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