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¿Qué pensaron los cancilleres del continente, a dos semanas de su reunión en la OEA, cuando aprobaron un “diálogo” sin condiciones entre la barbarie de Nicolás Maduro y la acosada y mayoritaria oposición venezolana, al ver en los medios del mundo la cara ensangrentada del jefe de la fracción parlamentaria de la MUD, diputado Julio Borges, mientras era brutalmente agredido por “colectivos chavistas”? Julio tuvo que ser operado de múltiples fracturas en su tabique nasal, pómulos y boca por las feroces agresiones de delincuentes civiles al servicio del gobierno, armados de tubos y explosivos, y bajo las órdenes del general Zavarce, de la GNB. Otros diputados opositores corrieron similar suerte en su intento de llegar al CNE para pedir a sus rectoras chavistas, la fecha de validación de las firmas para realizar el referéndum revocatorio a Maduro, hecho reprimido por cientos de policías y guardias nacionales que arremetieron también contra otra marcha estudiantil pacífica en solicitud del revocatorio. “Lo de ese jueves no fue solo violencia –declaró el diputado de PJ Tomás Guanipa– fue robo, atraco, les robaron los relojes y los teléfonos celulares a los diputados”. Los agresores están identificados y son siempre los mismos grupos armados inscritos en la nómina de la alcaldía del municipio Libertador, cuyo alcalde es el chavista Jorge Rodríguez, el mismo que da órdenes en el CNE a las rectoras y manosea las firmas opositoras, a las que inventa barbaridades y supuestas violaciones.
Si los cancilleres han hecho seguimiento de lo ocurrido en Venezuela desde la reunión de la OEA pedida por la canciller argentina (tan “reconciliada” con el régimen de Maduro que se reunió secretamente con su homóloga venezolana y viajó con ella en un avión de Pdvsa desde New York a Caracas) se habrán dado cuenta de que se han multiplicado las salvajes agresiones oficiales contra la mayoría parlamentaria y las pacíficas marchas de miles de seguidores hasta el CNE en apoyo a un revocatorio que permita a los ciudadanos sacar democráticamente del poder a Nicolás Maduro. El CNE, cumpliendo órdenes oficiales, está retrasando la validación de los casi millones de firmas y poniendo numerosos obstáculos inconstitucionales con el fin de retrasar el revocatorio hasta 2017, cuando perdería toda efectividad porque el régimen seguiría en el poder a través de la figura del vicepresidente, quien continuaría sometiendo al país al hambre extrema y persecución criminal hasta 2019.
Maduro propuso tres puntos para la “agenda del diálogo” que él viola cada día: “Una comisión de la verdad, el respeto a las instituciones y el cese de la violencia”. Desde la cita de la OEA, el régimen introdujo un recurso de amparo contra la directiva de la AN, amenazada de despido; la sala (in)constitucional del TSJ sigue usurpando las atribuciones de la AN, y la GNB y PNB reprimiendo a los opositores que marchan pacíficamente hasta el CNE y agrediendo también a quienes protestan pidiendo alimentos y medicinas. Ahora, a través de los CLAP venden bolsas de alimentos solo a militantes chavistas, lo que significa una discriminación delictiva que utiliza recursos del Estado con fines de proselitismo político: “Los CLAP son un instrumento para evitar que nos tumben” dice su jefe Bernal y el vicepresidente Istúriz, otro descarado, dice que “con los CLAP no volverá a ocurrir lo del 6-D”.
Las protestas en reclamo de alimentos aumentaron 92% en los 3 últimos meses. En un solo día de esta semana la PNB y GNB dispersaron violentamente varias protestas por esa causa: hubo saqueos en Valera; robaron carga de camión en Barquisimeto; saquearon galpón con comida en Carora; saqueos en Boca de Uchire, Guarenas, en la Panamericana, Guárico, Ocumare y La Victoria y protestas por alimentos en Maturín, Margarita, Puerto Cabello, La Guaira (trancaron vías); un grupo de hambrientos robaron y mataron unas reses y otro atracó un camión de gallinas vivas. Muchos expendios de alimentos ya no abren sus puertas. Enfermos hospitalizados se van sin ser operados para no pasar hambre porque los hospitales no tienen comida . Los niños del Hogar San José y otros de acogida tienen desnutrición severa. La falta de comida llegó a los asilos de ancianos: el capítulo de la salud es aún más terrible; mueren niños y adultos de enfermedades curables por falta de fármacos. Amnistía Internacional declara que el régimen sigue violando flagrantemente los derechos humanos.
La MUD sostuvo desde el principio que un “diálogo” que no contemple el revocatorio de Maduro, la liberación de los presos políticos, el respeto a las decisiones democráticas de la AN (acosada por el régimen ) y un puente humanitario internacional inmediato para proveer de alimentos y medicinas a una población cada vez más hambrienta y enferma, solo da tiempo a Maduro para seguir cometiendo tropelías. Digan, señores cancilleres de la OEA, qué “diálogo” puede establecer una oposición democrática y pacífica con un régimen violento y dictatorial, que frente a un pueblo hambriento y enfermo se niega a permitir la entrada al país de la Cruz Roja y Cáritas, y cuyos mediadores, promovidos por Unasur, están a favor de Maduro y se han prestado a ignominias como ésta: el ex presidente Rodríguez Zapatero visitó a Leopoldo López en la cárcel militar donde lo tienen aislado en un espacio de dos por dos, acompañado del alcalde chavista Jorge Rodríguez, el mismo que financia la nómina de los “colectivos” que agreden brutalmente a los opositores. La visita de Zapatero a Leopoldo no fue por razones humanitarias y ni siquiera para hacer la obscena propuesta a favor de Maduro de liberar a los presos políticos a cambio de no realizar el revocatorio, como informó cierta prensa, sino algo peor; suspender el revocatorio a cambio de “mejorar sus condiciones carcelarias”. La digna respuesta de Leopoldo fue la misma sostenida por la MUD: el revocatorio no es negociable.
En las condiciones de crisis humanitaria y represión oficial en Venezuela, la OEA no puede eludir su responsabilidad. Debió priorizar el referendo y no la distracción propuesta por el régimen para ganar tiempo. El texto de Almagro para debatir en la OEA sobre la Carta Democrática es un expediente de las barbaridades que se cometen en Venezuela que no pueden ser ignoradas por los demás países. El Parlamento Europeo insta al gobierno de Maduro a liberar a los presos políticos y respetar el revocatorio. El Parlamento paraguayo aprobó aplicar la Carta Democrática y el canciller uruguayo cree que la única manera de superar la crisis en Venezuela es un referendo. Tras la brutal agresión de la que fue víctima, el diputado Julio Borges lo dijo muy claro: “No hay golpe que nos saque del revocatorio y del cambio”. El presidente de la AN, Henry Ramos, añadió: “Vamos a ir donde sea a denunciar esta desgracia que está acabando con Venezuela”. Y es que la decisión del pueblo venezolano no tiene marcha atrás.
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