Ampicilina, reconocido antibiótico de amplio espectro, se destaca por su habilidad de combatir diversas bacterias, interfiriendo en la síntesis de su pared celular y así, debilitándolas. Usada en tratamientos para una variada gama de infecciones, desde respiratorias hasta genitales, este medicamento puede administrarse oral o intravenosamente y su dosificación es determinada por el especialista médico. Pese a su eficacia, la ampicilina presenta ciertos efectos secundarios y potenciales interacciones medicamentosas, además, puede alterar la flora bacteriana normal, causando infecciones secundarias, lo cual subraya la importancia de una administración rigurosa y bajo estricta supervisión médica.
¿Qué es y para qué se usa la ampicilina?
La ampicilina es un medicamento que pertenece al grupo de las penicilinas, que son sustancias que tienen la capacidad de matar o impedir el crecimiento de ciertos tipos de bacterias.
La ampicilina se usa para tratar diferentes tipos de infecciones causadas por bacterias sensibles a este antibiótico. Algunas de estas infecciones son:
- Infecciones respiratorias: como bronquitis, neumonía, sinusitis y otitis media.
- Infecciones urinarias: como cistitis, pielonefritis y uretritis.
- Infecciones gastrointestinales: como gastritis, úlcera péptica, colitis y salmonelosis.
- Infecciones genitales: como vaginitis, cervicitis y gonorrea.
- Infecciones de la piel y tejidos blandos: como celulitis, impétigo y abscesos.
- Infecciones del sistema nervioso central: como meningitis y encefalitis.
- Infecciones quirúrgicas y traumáticas: como heridas infectadas y osteomielitis.
- Infecciones sistémicas: como septicemia y endocarditis.
La ampicilina también se puede usar en combinación con otros antibióticos para tratar infecciones más complejas o resistentes, como las causadas por la bacteria Helicobacter pylori, que está asociada con la gastritis y la úlcera péptica.
¿Cómo actúa la ampicilina?
La ampicilina es un antibiótico de amplio espectro, lo que significa que puede actuar contra una gran variedad de bacterias, tanto grampositivas como gramnegativas. La ampicilina funciona al interferir con la síntesis de la pared celular de las bacterias, que es una estructura que les da forma y protección. Al hacer esto, la ampicilina debilita y destruye a las bacterias, evitando que se reproduzcan y causen más daño al organismo.
La ampicilina se absorbe bien por vía oral, es decir, al tomarla en forma de cápsulas o suspensión líquida. También se puede administrar por vía intramuscular o intravenosa, es decir, mediante inyecciones en el músculo o en la vena. La ampicilina se distribuye por todo el cuerpo y llega a los tejidos y órganos donde hay infección. La ampicilina se elimina principalmente por la orina.
¿Cómo se debe tomar la ampicilina?
La dosis y la duración del tratamiento con ampicilina dependen del tipo y la gravedad de la infección, así como de la edad y el peso del paciente. El médico es el encargado de indicar la dosis adecuada para cada caso. Es importante seguir las instrucciones del médico y no modificar ni suspender el tratamiento sin su consentimiento.
La ampicilina se debe tomar con el estómago vacío, es decir, media hora antes o dos horas después de las comidas. Esto se debe a que los alimentos pueden disminuir la absorción del medicamento y reducir su efectividad. La ampicilina se debe tomar con un vaso lleno de agua para facilitar su deglución y evitar irritaciones en el esófago.
La ampicilina se presenta en diferentes formas farmacéuticas:
- Cápsulas: se deben tragar enteras, sin masticar ni abrir.
- Suspensión líquida: se debe agitar bien antes de usar y medir la dosis con una cuchara o jeringa dosificadora.
- Polvo para inyección: se debe reconstituir con el líquido adecuado y administrar por vía intramuscular o intravenosa, según las indicaciones del médico.
Es importante tomar la ampicilina hasta completar el tiempo indicado por el médico, aunque los síntomas mejoren antes. Esto se debe a que si se interrumpe el tratamiento antes de tiempo, las bacterias pueden volver a crecer y hacerse resistentes al antibiótico, lo que dificultaría su tratamiento en el futuro.
¿Qué precauciones se deben tener al tomar ampicilina?
Antes de tomar ampicilina, se debe informar al médico si se tiene alguna alergia a este medicamento, a otras penicilinas o a otros antibióticos como las cefalosporinas. También se debe informar si se tiene alguna enfermedad renal, hepática o gastrointestinal, o si se está embarazada o lactando.
La ampicilina puede interactuar con otros medicamentos y alterar su efecto. Algunos de estos medicamentos son:
- Anticonceptivos orales: la ampicilina puede disminuir la eficacia de estos medicamentos y aumentar el riesgo de embarazo no deseado. Se recomienda usar un método anticonceptivo adicional durante el tratamiento con ampicilina y hasta una semana después de terminarlo.
- Anticoagulantes: la ampicilina puede potenciar el efecto de estos medicamentos y aumentar el riesgo de sangrado. Se debe controlar el tiempo de coagulación y ajustar la dosis de los anticoagulantes si es necesario.
- Alopurinol: la ampicilina puede aumentar el riesgo de reacciones alérgicas en la piel cuando se toma junto con este medicamento. Se debe evitar esta combinación o vigilar la aparición de erupciones cutáneas.
- Antibióticos bacteriostáticos: la ampicilina puede antagonizar el efecto de estos medicamentos, que son aquellos que impiden el crecimiento de las bacterias pero no las matan. Se debe evitar esta combinación o consultar al médico sobre la conveniencia de usarla.
La ampicilina puede alterar la flora bacteriana normal del organismo y favorecer el crecimiento de otros microorganismos que pueden causar infecciones secundarias. Algunas de estas infecciones son:
- Candidiasis: es una infección por hongos que puede afectar la boca, la garganta, la vagina o el ano. Se manifiesta por enrojecimiento, picazón, ardor y secreción blanquecina. Se puede tratar con medicamentos antifúngicos.
- Colitis pseudomembranosa: es una infección por una bacteria llamada Clostridium difficile que produce toxinas que dañan el intestino grueso. Se manifiesta por diarrea severa, dolor abdominal, fiebre y sangre en las heces. Se puede tratar con medicamentos antibióticos específicos.
Si se presentan síntomas de estas infecciones, se debe consultar al médico lo antes posible.
¿Qué efectos secundarios puede causar la ampicilina?
La ampicilina es un medicamento seguro y bien tolerado por la mayoría de los pacientes. Sin embargo, como todo medicamento, puede causar algunos efectos secundarios que suelen ser leves y transitorios. Algunos de estos efectos son:
- Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y pérdida del apetito: son efectos que afectan al sistema digestivo y que se pueden prevenir o aliviar tomando el medicamento con abundante agua y evitando las comidas pesadas o irritantes.
- Erupción cutánea, urticaria, picazón y enrojecimiento: son efectos que afectan a la piel y que pueden indicar una reacción alérgica al medicamento. Se deben suspender la ampicilina y consultar al médico inmediatamente si se presentan estos síntomas.
- Dolor de cabeza, mareos, confusión y convulsiones: son efectos que afectan al sistema nervioso y que pueden ser más frecuentes cuando se usa la ampicilina por vía intravenosa o en dosis altas. Se deben evitar las actividades que requieran atención o coordinación si se presentan estos síntomas.
- Anemia, leucopenia, trombocitopenia y eosinofilia: son efectos que afectan a la sangre y que consisten en cambios en el número o la forma de los glóbulos rojos, blancos o plaquetas. Estos efectos pueden causar síntomas como cansancio, palidez, infecciones frecuentes, sangrados o moretones. Se deben realizar análisis de sangre periódicos para detectar y corregir estos efectos si es necesario.
Estos son algunos de los efectos secundarios más comunes que puede causar la ampicilina, pero no son los únicos. Si se presenta algún otro efecto adverso o se agrava alguno de los mencionados, se debe informar al médico lo antes posible.
Así pues, la ampicilina es un aliado para combatir las infecciones bacterianas que pueden afectar a diferentes partes del cuerpo. Sin embargo, su uso requiere de una prescripción médica y de un seguimiento adecuado para evitar las resistencias, las interacciones y los efectos secundarios que puede provocar. La ampicilina es un antibiótico de amplio espectro que puede salvar vidas, pero también debe usarse con responsabilidad y conciencia.