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El batallón estaba conformado en el centro por la infantería, en la derecha por la caballería de Páez; por la izquierda la caballería del general Manuel Cedeño y por la retaguardia la del general brigada José Tadeo Monagas, continuaron hasta calabozo donde en poco tiempo estuvieron en varias localidades de la región.
Luego de haber conocido las posiciones de los enemigos (los realistas), Simón Bolívar ordenó a la infantería que se desplegara en batalla en un terreno llano y que fuese el más alto de la sabana.
Después de una dura batalla con el ejercito realista, los pocos enemigos que quedaron huyeron y se refugiaron en Calabozo, ciudad que permitió su protección dado a las diferentes edificaciones que éste poseía. Los patriotas contaban con una serie de características como: vigor y decisión en su ejecución, sus ideas eran claras y sencillas a la hora de realizar sus maniobras, lo que logró la penetración a Calabozo de manera efectiva.
Luego que el golpeado ejercito realista, no pudiese más con el ejercito patriota, Bolívar ordenó poner sitio a la ciudad y ofreció indulto a Morillo, que termino dos días más tarde desalojando la ciudad y trasladándose al Sombrero.