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23 de junio – Día del abogado

Desde los orígenes del mundo que conocemos siempre existieron los litigios entre los seres humanos, que se solucionaban con el uso de las armas o de las fuerzas siendo siempre el más débil, el más viejo o el más joven, el perdedor. El Derecho nace como una reacción del Estado ante la autotutela individual (venganza privada), monopolizando o, más bien, pretendiendo monopolizar el uso de la violencia como instrumento de coerción y de resolución de conflicto.

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No existe fecha precisa para celebrar el día del abogado en Latinoamérica, ya que no todos tienen fecha reconocida y los pocos países que lo celebran, han fijado la fecha basados en diferentes razones. En Venezuela se celebra el día del abogado el 23 de junio, ello es así en razón de que en 1972, el Dr. Rafael Caldera durante su primer período presidencial lo decreta como “Día Nacional del Abogado” por petición de la Federación de Colegios de Abogados.

El derecho surge desde el umbral de la prehistoria, de los primeros hombres que se organizaron para mejorar su convivencia, pues como sabemos el hombre es un ser social por naturaleza. En cuanto al derecho positivo, se origina en la antigua Roma, con la elaboración de varios códigos de leyes.

La palabra abogado etimológicamente proviene del latín “advocatus”, palabra que derivo de la expresión latina “ad auxillium vocatus”, que significa “el llamado para auxiliar”.

La emblemática fecha se escogió en conmemoración del natalicio de Cristóbal Mendoza, quien nació en Trujillo el 23 de junio de 1772, destacado abogado, historiador, profesor, periodista, Primer Presidente de Venezuela, quien durante su ejercicio profesional demostró sobradas muestras de probidad, honradez, sentido de ética y justicia.

Nuestro gran libertador Simón Bolívar también estudio derecho y se graduó como abogado en la Universidad de San Marcos en Lima Perú.

La profesión de abogado tiene implícita una gran responsabilidad de ser garantes y defensores de los derechos de los ciudadanos, de ser fieles colaboradores de la justicia y velar por ella, con un elevado espíritu social, ético y moral, ejerciendo una acción orientada a la lucha por el respeto de los derechos de los ciudadanos y por la justicia, defendiendo casos complicados a través de fuertes argumentos que demuestran en juicio ser el que tenga la razón, contribuyendo con un gran aporte a la sociedad, ya que una sociedad sin leyes no podría subsistir y es función de los abogados promover y mantener la convivencia ciudadana.