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Figuera, quien estuviese a cargo del SEBIN entre 2018 y 2019, pidió disculpas a los detenidos que fueron víctimas de persecuciones y maltratos, así como a sus familiares, y, aunque aseguró que no participó en las torturas ni haberlas consentido, lamenta haber formado parte de esa estructura, que depende de la vicepresidencia de la República.
Reveló que la selección de las víctimas y ejecución de las torturas a aquellos que serían perseguidos, vienen por órdenes directas del presidente Nicolás Maduro, quien, según Figuera, tiene personal dentro de los organismos que le responden directamente y cumplen la función de amedrentar a quienes se le opongan. Manifestó que Maduro ordenaba el aislamiento de los detenidos, e incluso evitaba su exposición ante un tribunal. Aunado a esto, denunció la participación de la Fiscalía en cuanto a la legalización de hechos ilegales suscitados dentro del servicio.
Dijo que el mandatario nacional conocía la situación de tortura en la que se encontraba el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, quien el pasado 29 de junio murió a consecuencia de torturas por parte de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM), organismo del cual Figuera también formó parte bajo la figura de subdirector.
Respecto a la presencia cubana dentro de las filas de inteligencia y contrainteligencia, tildó de “mito” que Cuba tuviera influencia en las medidas tomadas por los cuerpos de seguridad, y aclaró que su participación está limitada al asesoramiento académico, y además destacó la existencia de un importante número de personal cubano en el anillo de seguridad presidencial.
Sobre el por qué todavía no se ha suscitado el quiebre en el ámbito militar que busca el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, Figuera explicó que está limitado debido al secuestro de las instituciones, secuestro a la cúpula militar mediante manipulaciones patrióticas y de lealtades, intereses económicos o de, incluso, algún hecho que Maduro podría revelar sobre ellos. Sostuvo que el resto de las filas militares no se atreven a tomar acciones en contra del gobierno por miedo a retaliaciones.
Figuera, quien fuese en algún momento uno de los hombres de más confianza del fallecido presidente Hugo Chávez Frías, aseveró que en Venezuela existirá una salida pacífica siempre y cuando Nicolás Maduro abandone el poder, y pone en duda su salida de forma negociada.
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