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“La democracia es un sistema en el cual los partidos de gobierno pierden elecciones”. Adam Przeworski (1940), polaco nacionalizado estadounidense, profesor de Ciencias Políticas y uno de los principales teóricos de la democracia y la economía política.
Venezuela está entrampada en una crisis política de severas consecuencias económicas y sociales. La imposición de una seudo revolución que ha resultado una caricatura cursi y trágica del ofrecido ideal bolivariano con que el finado ganó las elecciones por primera vez, ha atropellado la democracia venezolana, prostituido las instituciones, barrido la separación de poderes y llevado a la ruina el aparato productivo y casi extinguido su principal fuente de ingresos, la petrolera.
Aquí todos están sufriendo la inflación, el desabastecimiento, las desigualdades y una inseguridad que se lleva la vida de 25.000 venezolanos al año, más los bienes que pasan a manos de un hamponato que ha crecido a la roja sombra de la revolución. El petróleo dejó de ser el principal recurso económico para ceder paso a los impuestos pagados por los venezolanos, que están manteniendo un estado hipertrofiado a punta de burocracia y corrupción.
Aunque se quiera ocultar el drama, allí están las cifras de la OPEP que registran que Venezuela en el primer semestre produjo un promedio de 2 millones 371 mil barriles diarios, 2.000 diarios menos que el mismo periodo en 2014. Queriendo destruir el termómetro para que no nos enteremos que la fiebre esta altísima, el Banco Central no publica cifras de inflación desde diciembre de 2014. Aislándonos del mundo, acorralando a la prensa libre, cortando suministro de papel, bloqueando páginas informativas de internet, no logran ocultar que la cesta básica llegó en junio a 54.204 bolívares, 26,5% de aumento con respecto al mes anterior, lo cual indica claramente la monstruosa inflación que consume el salario, los ahorros y el futuro de los venezolanos.
Un gobierno que tiene más de tres lustros cometiendo desmanes contra los productores, expropiándolos, haciéndoles desleal competencia con sistemas paralelos, llenándolos de requisitos e inspecciones, multas y cierres, quiere ahora hacer al sector productivo corresponsable en esta debacle de abastecimiento. En 15 años solo hicieron carantoñas y gestos permisivos a Guyana y ahora enarbolan la bandera del patriotismo, convocando a todos a su alrededor… oportunamente en puertas de unas elecciones.
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En una situación tan crítica, que ya los economistas anuncian hiperinflación y los analistas previenen sobre una explosión social, unas elecciones donde la voluntad de ese “soberano” que tanto invocan, debería ser la vía para abrir caminos y estabilizar a un país desbarrancado. Para ello sería necesario competir en igualdad de condiciones, tener un árbitro imparcial y acatar el resultado ordenado por los votantes. Nada que no diga la Constitución.
Pero no. El gobierno, que es el real contendiente en estas elecciones, con todo su poder y el dinero que le queda, ha decidido imponer su voluntad, pisoteando sin escrúpulos cualquier vestigio de moralidad institucional. En primer lugar, después que el país pensó había salido de la irreversible Lucena y de las muy psuvistas rectoras, pues la mayoría de la Asamblea Nacional las volvió a elegir. Así que no hay árbitro imparcial, lo cual desestimula el voto opositor, como es el deseo del gobierno. Las señoras rectoras se han dedicado a convertir las parlamentarias en una carrera de obstáculos, como ese absurdo de obligar a un porcentaje de mujeres en las planchas, algo cuyo resultado final no deciden ellas sino la real gana del votante.
Ahora echan mano del Contralor, abogado de la asamblea cuando la primera combatiente era su nepótica presidenta y sucesor de ella en la Procuraduría. Tan de confianza que hasta es compadre. A cuenta de una ley aprobada por vía habilitante, los revolucionarios decidieron ganar sin votos. Sencillito: borrando a los candidatos opositores con inhabilitaciones que vienen justo antes de la inscripción en el CNE. Y probablemente vendrán más después, para que la oposición y los partidos se entretengan en este conflicto de sustituciones.
A María Corina la inhabilitan porque no declaró unos cesta tickets que ella jamás cobró. A Enzo Scarano porque presentó la declaración de patrimonio 9 días después del lapso. No importa que estuviera encarcelado e incomunicado. A Ceballos ni siquiera sabemos por qué. Las inhabilitaciones, malintencionadas e inconstitucionales demuestran al mundo que el gobierno hará lo que sea para ganar las parlamentarias. Utilizará trampa, tramposos, encubridores y abusadores. Esos son los votos con los que cuenta.
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La oposición debe protestar, predicar, sustituir candidatos, enviar a los organismos internacionales las pruebas de las irregularidades y no dejarse avasallar. No es tiempo de discutir nombres ni posiciones. Cualquiera sirve para ganar. Y solo votando masivamente, sin dejar esa casilla libre para que los tramposos la llenen, podrá dar el primer paso hacia la democracia: ganar la Asamblea Nacional. Ese es el foco, el norte, el objetivo. A no perderlo.
AQUÍ ENTRE NOS
- Dos páginas han sido bloqueadas por el gobierno venezolano: Infobae (nuevamente) y Consulta Mitofsky, una firma México-norteamericana que hace estudios de desempeño político. En su última publicación ubicó al venezolano en el puesto 17 entre los 21 peores presidentes de América, con un 25% de aceptación popular. Eso como que no gustó al Minci, porque en la página parece el aviso: “Access Forbidden. Your location (VE) has been blacklisted”. O sea, que está en la lista negra, donde han caído páginas como la de NTN24, que sigue dando la mejor información de Venezuela desde el exterior, pese a ello. A los curiosos: la peor fue Dilma Rousseff, en el puesto 21 con 10% de popularidad.
- Gracias a la Cámara Municipal del Municipio Naguanagua por designarme Oradora de Orden en la Sesión Solemne del Día del Periodista, que se celebrará el 28 de julio. Les espero en esa tribuna de libre expresión.
Hasta el próximo miércoles.