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La dieta alternativa del venezolano

Debido a la seria situación de escasez que se vive en Venezuela, los ciudadanos se han tenido que adaptar a una dieta alternativa, cuando se consigue un producto, se consume, cuando desaparece de los anaqueles, su consumo no es posible y se esfuma de las mesas venezolanas. La ausencia de algunos alimentos puede influir indiscutiblemente en la salud alimenticia de quienes viven la crisis alimentaria.

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Muchas familias venezolanas han tenido que adaptar sus comidas a una “dieta de sobrevivencia” debido a la crisis alimentaria por la que a traviesa el país que registra una escasez de 41,3%, es decir, 24 de los 58 productos de la canasta alimentaria no se consiguen.

De acuerdo a un informe presentado el pasado lunes 14 de marzo por el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) y de la Fundación Bengoa, los venezolanos cambiaron sus hábitos alimenticios al destinar 75% de su dieta al consumo de carbohidratos, lo que “evidencia la ausencia de proteínas de alto valor biológico en la alimentación y que se traduce en el incremento de los casos de anemia en el país”, según dijo la doctora Maritza Landaeta de Jiménez, miembro de esta organización.

Alimentos como pescados, huevos, leguminosas o granos y las carnes, es decir, las proteinas son los que más han sufrido los embates de la inflación y la escasez. Los altos costos han evitado que una familia promedio logre su adquisición y por lo tanto su consumo, especialmente la población de bajos recursos

Lo grave es que las proteínas de origen animal, los granos y la harina de maíz enriquecida son las principales fuentes de hierro y una caída en el consumo de estos se traduce en el “incremento de la anemia en la población porque no tienen alimentos que lo suplan”, asegura Landaeta de Jiménez.

Esto sin duda, afecta el desenvolvimiento del ser humano, pues impacta directamente en la salud. “Un cerebro anémico es un cerebro que no aprende, un cerebro con muy bajas calorías es un cerebro que no aprende. Desde el punto de vista de salud pública, el país debe estar en un alto riesgo de tener ahorita niños con retardo de crecimiento por no consumir la cantidad de proteínas y calorías que necesitan para crecer y estar sanos, y también con problemas de desarrollo cognitivo por no tener una alimentación adecuada”, explicó la especialista.

La situación empeora cuando 25% de los embarazos del país corresponden a adolescentes, la mayoría registra un cuadro anémico, y en consecuencia, sus niños nacen con muy bajas reservas de hierro y con bajo peso.

Fuente: El Impulso