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Según el psicólogo y premio nobel de Economía Daniel Kahneman, el exponer a una persona a ciertas imágenes o estímulos pueden hacer cambiar su comportamiento sin que ésta lo note. Kahneman llama a este fenómeno como el efecto de priming. En tal sentido, las próximas elecciones parlamentarias serán las terceras en las que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) presenta en su tarjeta los icónicos ojos de Chávez.
Los propagandistas del chavismo se han encargado de posicionar su mirada en todos los lugares posibles: vallas, franelas, edificios, y desde el 2013, en el tarjetón electoral. Según un trabajo publicado por Alejandro Puglia en El Cooperante, los ojos son un recordatorio del finado mandatario y generan diferentes emociones según quien los vea: en sus seguidores evoca nostalgia, mientras en sus adversarios causa rechazo. Pero ese recordatorio que a simple vista parece inofensivo, señala Puglia, puede cambiar la manera cómo actúan los votantes.
En un experimento, los miembros de una oficina pagaban por el café o té que consumían colocando el dinero en una “caja de honestidad”. Una lista de precios pegada a la pared servía como guía a los usuarios. Los pagos se podían considerar anónimos, pues la oficina estaba estructurada de tal manera que los trabajadores no se iban a dar cuenta si alguien dejaba de pagar. Un día, los científicos colocaron una imagen arriba de la lista de precios. Durante diez semana presentaban una imagen distinta, que se alternaba entre flores y ojos que parecían que observaban directamente a la persona, como los de Chávez. Las imágenes y los pagos de cada semana se muestran en la siguiente figura:
En las “semanas de ojos” los trabajadores de la oficina contribuyeron casi tres veces más que en las “semanas de flores”. El recordatorio de ser observados alteraba inconscientemente el comportamiento de la gente. Entonces, ¿hasta qué punto pueden los ojos de Chávez puestos en la tarjeta electoral influenciar a los votantes? Según cita Puglia, Kahneman explica que la evidencia de los experimentos es robusta, pero no extensa, por lo que es probable que la imagen no tenga ningún efecto en quienes están seguros de por quién votarán, pero sí podría influenciar a aquellos que deciden su voto pocos días antes de la elección, más aún aquellos que deciden por quién votarán cuando están en frente de la máquina.